Frikis y tías buenas

Como si fuesen dos especies físicamente incompatibles, el friki y la chica guapa rara vez coinciden en un mismo plano del tejido espacio tiempo. Son mundos ajenos entre sí, pero de vez en cuando os planetas se alinean y sus realidades chocan provocando una onda expansiva de vergüenza ajena que hoy intentaremos recoger en esta serie de incómodas instantáneas. Llama particularmente la atención la reticencia de algunos a contactar con su brazo en la espalda de las chicas, algo que puede deberse a dos cosas: una nula habilidad social o un murmullo inaudible de la mujer, mientras se colocaban para posar en la foto. Algo así como: “ni se te ocurra tocarme”.